Para 2020, aumentar sustancialmente a nivel mundial el número de
becas disponibles para los países en desarrollo, en particular los países menos
adelantados, los pequeños Estados insulares en desarrollo y los países de África,
para que sus estudiantes puedan matricularse en programas de estudios
superiores, incluidos programas de formación profesional y programas
técnicos, científicos, de ingeniería y de tecnología de la información y las
comunicaciones, en países desarrollados y otros países en desarrollo.